domingo, 22 de abril de 2012

Perdona pero no olvides.

Tu vida sos vos, son las decisiones que tomas y las que dejas de tomar,
es el resultado de tus pasos, de lo que has aprendido, de lo que te han enseñado y de lo que elegiste creer.

Se supone que el control de tu vida la tenes vos, pero todos sabemos que eso nunca es del todo cierto,
desgraciadamente o afortunadamente, depende de como se mire, no estamos solos y nuestra vida también son esas personas que nos rodean, que nos quiren y nos dejan de querer, que vemos todos los días o que no vemos nunca pero aún siguen presentes en cada paso que damos.

Tu vida son esos monentos que nunca olvidas, son esas risas que compartiste con tu amiga del alma, son esas lágrimas que tu mamá ha ayudado a que duelan un poco menos, son esas ilusiones que alguna vez ese amor te hizo sentir, son esas mentiras piadosas, cómplices, entre hermanos para cubrirnos alguna travesura, son esos abrazos tiernos que tu abuela te daba...

Pero también tu vida es esa desilusión tan grande, ese dolor que no te deja respirar bien y que te apreta el pecho cada vez más, es esas veces que te caes y te volves a levantar, es esas veces que te sientes extraña en tu propio cuerpo, es esas veces que echas tanto de menos a alguien que no hay nada que pueda quitarte esa nostalgia del alma y al final te acostumbras a vivir con eso, pero sabiendo que siempre ese huequito allí estará presente cada día, recordándote que eso forma parte de vos, de tu vida, de en quien te has transformado.
La vida también es todas las veces que perdonaste y te volvieron a hacer daño, pero aún así seguiste perdonando y ayudando a alguien que quizás no lo merecía, pero algo dentro te decía que tenías que hacerlo, porque no era propio de vos actuar como si no pasara nada.

Tu vida es tuya, todo esto la condiciona, pero aún así es tuya y la única persona que puede juzgarte sos vos mismo, porque al final del día quien está contigo es tu propio ser, tu conciencia que te aconseja y te hace elegir y salir adelante... Nosotros mismos somos nuestros mejores amigos.

Podemos cometer errores y a veces dejamos entrar otra vez a esa persona que tanto daño nos hizo, aún sabiendo que nos volverá a hacer daño, pero en eso consiste, en cometer errores y aprender de ellos. Es una mierda, lo sé, pero eso es lo que te forma como persona, lo que te hace aprender y no volver a tropezar otra vez con ese gran pedrusco que se te metió en el alma y en la mente y no te dejó respirar por un tiempo cuando la herida aún no había cerrado.
Yo no se si mi herida aún está abierta, me inclino más a que sí lo está, pero se que no tardara en cerrar y también se que no tardaré en perdonar y en dejarlo ir, pero eso sí, siempre sin olvidar.

Tu vida es tuya, vive y decide como realmente vos quieras y no dejes que nada ni nadie condicione tus decisiones, ni tu felicidad, porque al final tu vida es solo tuya y en tu lugar solo estarás vos.

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